Lección #14: La medicina también cura la cabeza
¡Hola, Mareados!
En este post me gustaría contarles el momento en el que que por primera vez conocí al profesional que, actualmente, me ayuda a tratar lo que muchos llaman "mi enfermedad".
Las palabras de iniciación que este sujeto me dio fueron: "no estas enfermo, tu cerebro funciona distinto al resto y debes aprender a domarlo". Desde ese momento comencé a tener cierto cariño hacia él. ¿Y quién es el? Se preguntarán algunos. Más adelante revelaré la identidad de este ser humano cuya paciencia no es común en nadie que haya conocido antes.
Ya he hablado anteriormente de él en otros posts, bajo el apodo de Dr. R - adoro poner apodos, por si lo olvidaron lean mi Lección #2 ahi no solo conocerán el origen de este nombre tan peculiar de la marea sino también sabrán a quienes no llamo por su nombre - este nickname me hace acordar a alguna clase de superhéroe con poderes mágicos estilo Dr. Strange, quien es uno de mis Advengers favoritos. ¿Por qué? Pues es muy sencillo, tener su poder me sacaría de todos estos apuros mentales y por fin me liberaría de La Marea: Ver el futuro y multiplicarse para cada ocasión y situación (entre otros poderes, es increíble este sujeto) Él debería ser el icono de todos los mareados como yo.
Mi Dr. R es mi Dr. Strange porque pareciera que todo lo sabe. [inicio de voz española muy seductora] "Según lo que me cuentas Mauricio, veo que tienes un resentimiento hacia tus padres, puedo intuir y discúlpame si me equivoco, que quieres ser como ellos en el interior pero tu personalidad construida en base a las cosas que te han sucedido, te lo impiden"
¿¡Bingo, como adivinaste?!
Quisiera no tener este problema, realmente me gustaría quitármelo de encima como lo hago con mi casaca cuando hacer calor, pero no se puede. Como dice él, debo aprender a controlarlo.
En un episodio de La Marea, tus emociones te dominan al 100%, eres como una maldita marioneta siendo victima de una manipulación bastante cruel. Mejor olvidemos todo
Cuando entré a su oficina, porque más que consultorio era una súper oficina llena de premios colgados y estatuitas de hombres cuyos nombres no es mi deber conocer, me asusté un poco. Me arrepentí de hecho y cuando me senté empecé a inventar excusas para irme. Me hacia acordar a la película It´s kind of a funny story (Una historia diferente en español - nunca sabré porque traducen tan mal los títulos al español) si no saben de qué trata les dejo este post de una breve reseña de la película, este blog me gusta mucho porque tiene críticas y sinopsis de de casi todas las películas que me gustan: El Espectador Imaginario.
Al escuchar mis tan pobres razones para irme me dijo "Olvidemos todo lo que me dijiste por teléfono, te he citado porque la psicóloga de la universidad me comentó que tuviste un ataque de ansiedad en plena exposición, cuéntame cómo te sentiste"
Empecé a hablar muy tímidamente sobre este episodio, me da mucha vergüenza tocarlo porque regreso en el tiempo y me veo parado frente a todos, rojo, temblando, sudando y con mucho frío. Son síntomas reales, la gente puede verlos pero todo está en mi cabeza. Imagino que me pongo rojo y ya me estoy poniendo rojo, es bastante complicado controlarlo.
"Mauricio, los síntomas psicológicos tienen impacto directo con nuestro cuerpo, la liberación de ciertas hormonas se producen cuando el cerebro decide liberarlas. Si tu piensas en liberarlas, el cerebro lo hará, así de sencillo"
Continúe conversando con él. Le conté todo lo que me pasaba a nivel físico, era como hablar con un doctor antes que con un psicólogo. Paulatinamente, me comencé a sentir mejor, librado, en calma. Hablar me hizo bien. Yo sabia que era estúpido estar ahí porque sé que mis ataques son muy breves, pero algo no andaba bien en mi cabeza y necesitaba que alguien me lo cure.
El Dr. R estiró ligeramente su mano y me dio un frasquito de pastillitas blancas. No tenía idea qué eran pero me aseguró que cuando tenga miedos irracionales nuevamente, tome dos por lo que tenía que cuidar mis ataques diarios.
Al parecer la medicina también cura los problemas mentales.
Atentamente,
La Marea y yo.
Colores y sabores para todos los gustos, las pastillas tienen un atractivo peculiar
Las palabras de iniciación que este sujeto me dio fueron: "no estas enfermo, tu cerebro funciona distinto al resto y debes aprender a domarlo". Desde ese momento comencé a tener cierto cariño hacia él. ¿Y quién es el? Se preguntarán algunos. Más adelante revelaré la identidad de este ser humano cuya paciencia no es común en nadie que haya conocido antes.
Mi superhéroe
Ya he hablado anteriormente de él en otros posts, bajo el apodo de Dr. R - adoro poner apodos, por si lo olvidaron lean mi Lección #2 ahi no solo conocerán el origen de este nombre tan peculiar de la marea sino también sabrán a quienes no llamo por su nombre - este nickname me hace acordar a alguna clase de superhéroe con poderes mágicos estilo Dr. Strange, quien es uno de mis Advengers favoritos. ¿Por qué? Pues es muy sencillo, tener su poder me sacaría de todos estos apuros mentales y por fin me liberaría de La Marea: Ver el futuro y multiplicarse para cada ocasión y situación (entre otros poderes, es increíble este sujeto) Él debería ser el icono de todos los mareados como yo.
Mi Dr. R es mi Dr. Strange porque pareciera que todo lo sabe. [inicio de voz española muy seductora] "Según lo que me cuentas Mauricio, veo que tienes un resentimiento hacia tus padres, puedo intuir y discúlpame si me equivoco, que quieres ser como ellos en el interior pero tu personalidad construida en base a las cosas que te han sucedido, te lo impiden"
¿¡Bingo, como adivinaste?!
Quisiera no tener este problema, realmente me gustaría quitármelo de encima como lo hago con mi casaca cuando hacer calor, pero no se puede. Como dice él, debo aprender a controlarlo.
¡Necesito pastillas, ya!
Esto fue lo primero que le grite por teléfono cuando le solicité a la enfermera/psicóloga de la universidad que estaba teniendo pensamientos bastante confusos y mi mente estaba totalmente aturdida. Un ejemplo perfecto de esto lo explico en mi #Lección 3 donde La Marea llega sin previo aviso y me tumba al piso como si fuera un saco de papas. Lo único que quieres es una pastilla mágica que lo cure todo.
Cuando sucede eso, lamentablemente no encuentras salida, estas en un estado decrépito mental donde todo es malo, donde las historias no dejan de reproducirse como mil ventanas de YouTube abiertas y en play al mismo tiempo. Provoca golpearse la cabeza contra el suelo para que dejen de sonar. Es una ola que te revuelca y no sabes si tienes el aire suficiente para no morir ahogado.
"No eres suficiente, no vas a lograr nada, estás estancada, el futuro que te tocará será peor que el de tu tío Edgar, fracasado ponte a estudiar y sácate 20 en todos tus exámenes"
En ese instante, cogí el papelito donde tenía apuntado el número de este sujeto y marqué su número desde mi celular.
Cuando el Dr. R me escuchó hablar por teléfono, sintió mi desesperación y me cito ese mismo día en la noche a su consultorio. Fue bastante rápido creo que se asustó por el grito que le pegue "me quiero morir!" Luego de unos minutos, me puse a pensar ¿Cuantas veces al día le deben decir eso al pobre Dr. R? ¿Necesitará un psicólogo también?
Cuando sucede eso, lamentablemente no encuentras salida, estas en un estado decrépito mental donde todo es malo, donde las historias no dejan de reproducirse como mil ventanas de YouTube abiertas y en play al mismo tiempo. Provoca golpearse la cabeza contra el suelo para que dejen de sonar. Es una ola que te revuelca y no sabes si tienes el aire suficiente para no morir ahogado.
"No eres suficiente, no vas a lograr nada, estás estancada, el futuro que te tocará será peor que el de tu tío Edgar, fracasado ponte a estudiar y sácate 20 en todos tus exámenes"
En ese instante, cogí el papelito donde tenía apuntado el número de este sujeto y marqué su número desde mi celular.
Cuando entré a su oficina, porque más que consultorio era una súper oficina llena de premios colgados y estatuitas de hombres cuyos nombres no es mi deber conocer, me asusté un poco. Me arrepentí de hecho y cuando me senté empecé a inventar excusas para irme. Me hacia acordar a la película It´s kind of a funny story (Una historia diferente en español - nunca sabré porque traducen tan mal los títulos al español) si no saben de qué trata les dejo este post de una breve reseña de la película, este blog me gusta mucho porque tiene críticas y sinopsis de de casi todas las películas que me gustan: El Espectador Imaginario.
Al escuchar mis tan pobres razones para irme me dijo "Olvidemos todo lo que me dijiste por teléfono, te he citado porque la psicóloga de la universidad me comentó que tuviste un ataque de ansiedad en plena exposición, cuéntame cómo te sentiste"
¿Psicólogo o doctor?
Empecé a hablar muy tímidamente sobre este episodio, me da mucha vergüenza tocarlo porque regreso en el tiempo y me veo parado frente a todos, rojo, temblando, sudando y con mucho frío. Son síntomas reales, la gente puede verlos pero todo está en mi cabeza. Imagino que me pongo rojo y ya me estoy poniendo rojo, es bastante complicado controlarlo.
"Mauricio, los síntomas psicológicos tienen impacto directo con nuestro cuerpo, la liberación de ciertas hormonas se producen cuando el cerebro decide liberarlas. Si tu piensas en liberarlas, el cerebro lo hará, así de sencillo"
Continúe conversando con él. Le conté todo lo que me pasaba a nivel físico, era como hablar con un doctor antes que con un psicólogo. Paulatinamente, me comencé a sentir mejor, librado, en calma. Hablar me hizo bien. Yo sabia que era estúpido estar ahí porque sé que mis ataques son muy breves, pero algo no andaba bien en mi cabeza y necesitaba que alguien me lo cure.
El Dr. R estiró ligeramente su mano y me dio un frasquito de pastillitas blancas. No tenía idea qué eran pero me aseguró que cuando tenga miedos irracionales nuevamente, tome dos por lo que tenía que cuidar mis ataques diarios.
Al parecer la medicina también cura los problemas mentales.
Atentamente,
La Marea y yo.
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