Lección #9: Ansiedad cotidiana

¡Hola, Mareados!

Si aún estás por estos lares, ello puede ser sinónimo de dos cosas: (i) los temas que intento
escribir han sido tomados en serio o (ii), muy por el contrario, te importa un comino, pero por
lo menos te hace gracia.

Por eso, sea cual fuese el escenario, te mereces un aplauso, así como al Dr. R, porque como ya se trató, fue gracias a él que este espacio de inicio. Si no estás al tanto, te sugiero dar un salto hacia atrás y leer mi introspección.

Descuida, no hay roche: sea cual fuese el escenario, te mereces un aplauso. 

— Sí, sólo uno. 
— ¿Por qué?
— Porque muchos siempre aturden.

Ansiedad diaria

Y eso mismo es lo que ocurre día tras día: muchos carros, muchas personas, mucho ruido,
muchos olores y, sobre todo, muchas miradas.

La ansiedad se expresa también en la percepción de que las personas te observan en todo momento.
La ansiedad también se expresa al sentir que las personas
te observan constantemente.

No es por nada, pero esta ciudad es una fábrica industrial de ansiosos, más aún para aquel sin breve (yo) y sin auto (yo), pues la única manera de moverse, sin terminar sudado —que al fin y al cabo es lo mismo si te topas con gente sudada—, es el transporte
público.

Imaginar aquellas personas que viven o se deben a un público me causa, en sí, también
ansiedad: los bailarines, los actores, los cantantes (más aún si lo que hacen es improvisar,
como los participantes de una batalla de gallos, pues eso es de lo que menos sé hacer), entre
muchos otros. Menos mal, ello sólo queda en la imaginación.

Ni que decir de ir a las clases de la universidad que, de todas las actividades que realizo, es
la que más me deja sin aire —más que las doscientas personas y la poca ventilación de la
Línea B del Metropolitano. Y no es tanto el que no sepa del tema, sino que esas miradas
calificadoras y la expectativa de quien pregunta, son dosis letales para paralizarme, y ello
es imposible negarlo.

Sin más que contarles y dando poco tiempo para que lo imagine, ¿qué mejor que mostrarles,
de a primera mano, lo que es el cotidiano de La Marea?









Atentamente,

La Marea y yo.


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