Lección #18: Como no controlarse cuando sube La Marea Parte 1


¡Hola Mareados!

Recordarán que en mi  Lección #16 les comenté sobre las pastillitas que me dio mi superhéroe, mi Dr.R, mi querido psiquiatra. Pastillas las cuales adoré por varias semanas ya que realmente me ayudaron a bajar la cantidad de ataques que tenía diariamente.



No control


Adicción a mí 


"No tomes más de dos al día"

Y yo muy obediente tomaba sólo dos al día en cada episodio. Al inicio no confiaba en mi y tomaba una en el primer ataque durante la mañana y guardaba otra por si llegaban mis padres a alterarme y subirme La Marea. Pero luego me di cuenta que en las mañanas mi nivel de ansiedad era bajo en comparación a mis tardes y noches, así que empecé a tomar las dos en ese momento, me ayudó muchísimo. 
Lo único malo de todo es que me sentía relativamente adicto. 



Tomaba todos los días, es decir, todos los días tenia ataques. Esas pastillitas tenían algo que me hacían sentirme bien y esperaba que La Marea llegue para poder tomarlas y tirarme a la cama a esperar como el agua bajaba. Sobreviví un día más. 



Pills, baby!



Un poquito de realidad para despertar 

Un día decidí entrar a la biblioteca de mi universidad para investigar sobre el medicamento. Sí, lo sé pude haberme comportado como todo el millennial que me corresponde ser y haber googleado "componentes de la pastillita mágica" desde mi celular - Realmente a veces siento que eso es el principal problema de nuestra sociedad, pero ya hablaré de eso más adelante. 
Resulta que no existía tal medicina para tratar a los ansiosos medicados. Era una sencilla combinación de plantas medicinales alta en stevia y en valeriana que se hacía pasar por un  caramelo relajante. 


O sea, ¿Todo el tratamiento fue una farsa?


Con razón me cobraba barato ese desgraciado. Inmediatamente me fui al baño y tire los caramelos al water con tal furia que solo la mitad cayó en el agua y la otra se dispararon por los costados como canicas. Eran las 9 de la noche por lo que no había mucha gente que pudiera ser testigo de esa escena, de igual manera me aseguré y cerré la puerta de todo el baño de hombres con el cerrojo. Recogí caramelo por caramelo lentamente y en el transcurso de ese episodio comencé a pensar en la genialidad que estaba haciendo el Dr. R


¡Era efecto placebo!




sorpresa!


Comienza el juego

No fue fácil darme cuenta, si no decidía investigar sobre el tema nunca descubriría que mi ansiedad era completamente controlable sin pastillas psiquiátricas. 
Sin embargo, entré en una etapa de aceptación forzosa que más que bien me estaba convirtiendo en lo que yo llamo un "al pinchista" [adjetivo que sirve para designar a la gente que manda todo lo que considera importante en su vida por un tubo y vive sin grandes preocupaciones. Posiblemente sea irritante ante ojos ajenos.] 


"Si La Marea se calma cuando yo lo decido, entonces también puedo entrar a Marea Alta cuando yo lo quiera?"



Continuará...


Atentamente,

La Marea y yo


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